dilluns, 2 de setembre del 2013

El fin nunca puede justificar los medios

A pocos días de la Diada arrecia el debate soberanista, ensombreciendo las posibles alternativas contempladas en la prevista consulta “Pel dret a decidir” como el federalismo, la más sensata de las opciones para los que no apoyamos la vía soberanista. En este entorno parece que los problemas reales de nuestra sociedad, los socioeconómicos, de justicia social, de brutales recortes en educación y de sanidad hayan desaparecido. La alianza neoliberal global a la cual pertenecen el Gobierno del Estado y  el Govern Català, con la excusa de la crisis financiera (que ellos provocaron) continúan recortando derechos y empobreciéndonos cada día más.

Me permito utilizar las palabras del periodista Joaquim Coll de su artículo, …”Nada es casual”…, publicado en el Periódico el 30 de agosto, en que el debate en Cataluña esté tan obsesivamente centrado en la secesión que no sólo tiene un punto de enfermizo, sino que imposibilita construir una alternativa de izquierdas. Además si para alguna cosa no sirve la independencia es para salir de la crisis, más bien al contrario. Es una ilusión populista que se ha apoderado de una parte de la sociedad, sobretodo de la clase media, ante la angustia que provoca la crisis y el mito del expolio fiscal. Es una grave irresponsabilidad que casi nadie lo advierta. Es cierto que un Estado independiente es muy goloso para las elites locales que se apoderan de sus instrumentos, pero no es garantía de mayor justicia, transparencia o democracia. Solo hay que pensar en el escándalo del Palau, en cómo  se descubrió y en el triste papel de las instituciones catalanas. Nuestras corrupciones no anticipan el país de ensueño que algunos prometen. Gracias por su lucidez señor Coll.

Mientras los partidos de izquierdas y de progreso, no centren su discurso en los problemas socioeconómicos, su papel en la política real, la que necesita el ciudadano, cada vez se difuminará más. Me gustaría que mi partido, el PSC, asumiese sin complejos, el papel que necesita nuestra sociedad y deje la trampa del debate soberanista. Hoy por hoy los valores sociales y las necesidades reales de los ciudadanos han quedado huérfanas.
Un  partido de izquierdas y de progreso no puede apoyar a un partido neoliberal y oportunista como es CiU (que desde su última debacle electoral afirma ser soberanista) con el tipo de políticas que está aplicando, que fomentan las desigualdades sociales, solo por la promesa, interesada, de un atajo para cumplir su objetivo.


El fin no justifica los medios y no todo vale.